Land Rover se adentra en la complicada tarea de crear un vehículo todoterreno propulsado por energía eléctrica, y aunque lo hace a modo de experimento, en un Defender que por el momento no se fabricará en serie, consigue unos resultados interesantes con una tecnología que la marca podrá aplicar en el futuro a sus modelos.
El modelo elegido por el fabricante británico para esta prueba dificulta aún más las cosas, ya que en su variante más ligera pesa más de 2.000 kilos, y su limitada aerodinámica dispara el consumo de energía eléctrica. Para compensarlo, Land Rover ha incorporado un nuevo tren de rodaje, con el que reduce unos 100 kilos de peso.

Con la batería completamente cargada, el Defender tiene una autonomía de unos 80 kilómetros y es capaz de rodar, en zonas off road, durante unas ocho horas, conservando sus magníficas cualidades todoterreno gracias a una variante del popular sistema Terrain Response, que complementa al sistema de tracción total con bloqueo de diferencial del modelo.
El Land Rover Defender eléctrico será una de las atracciones de la marca británica en el Salón del Automóvil de Ginebra que comienza la próxima semana.
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