Es difícil hacer una pregunta sobre el estado de salud de Kimi Räikkönen sin que alguien no te haga el chiste de inmediato. El único periodista finlandés que cubre el Mundial completo, Heikki Kulta, sonríe, abre los brazos, como diciendo, 'Kimi es así, ya lo conocéis' y se refiere a la noche barcelonesa como "muy dura", con una carcajada. Luego por la tarde, nos aclaraba algo más. "Me ha mandado un mensaje diciendo que se levantó con mucho dolor de estómago a las 7.30, devolviendo y con gastroenteritis. Cree que ha sido algo que cenó el viernes, porque a lo largo del día se ha ido recuperando con rapidez".
El caso es que Räikkönen no se presentó al primero de sus dos días de entrenamiento de pretemporada por intoxicación y fue sustituido por el probador de Lotus, Davide Valsecchi, pues Romain Grosjean se había marchado a París tras sus dos intervenciones del jueves y el viernes. El francés regresó de urgencia para subirse por la tarde.
El caso es que en el equipo parecen dispuestos a perdonar estas cosas puntuales. "Sabíamos a quién fichábamos y cómo es y, aun así, no lo cambio por nadie", dice el director del equipo Eric Boullier. Es cierto, pocos pilotos aúnan resultados y atención mediática máximos como el finlandés.
También empiezan los rumores sobre cierto estancamiento de Red Bull. Si con el coche tipo de la semana pasada parecían ir de maravilla, cuando los rivales han puesto sus piezas nuevas podrían haberse quedado algo rezagados. "Necesitamos otro par de semanas de test, pero no las tenemos. No sabemos exactamente dónde estamos y no lo sabremos hasta llegar a Australia, pero entonces no habrá espacio de maniobra para las dos primeras carreras. No he rodado todo lo que hubiera querido, pero habrá que confiar en que hayamos hecho un buen trabajo", dice Mark Webber un tanto resignado tras su último día de pretemporada.
Ayer, Red Bull estrenó un nuevo alerón delantero y se pasó el día entre parafinas y ajustes y Mark sólo rodó 59 vueltas y no quedó del todo satisfecho. Hoy le toma el relevo Sebastian Vettel.
El que también andaba resignado era Luiz Razia. El brasileño, que ha durado 21 días como piloto oficial de Marussia, dio la cara después de ser sustituido por Jules Bianchi y ver cómo se desvanece su sueño de debutar en el Gran Circo.
"Podría estar enfadado. Podría ser muy egoísta, pero no lo soy. Soy tolerante con estas cosas. Entiendo la posición de Marussia y me gusta el equipo. Estoy algo conmocionado porque esperas estar en la F1, estás ahí, anunciado, entrenando y luego estás fuera. Y no por culpa del piloto. Ellos me eligieron porque me querían en primer lugar, así que no hay rencor. También es justo decir que Bianchi ha tenido una situación difícil y, para ser sincero, se merece el puesto", afirma el piloto tras su cese. Todo un caballero.
Mientras, el galo no quiso hacer sangre: "Ha sido una jornada bastante atareada. He tenido mucha suerte con el tiempo. He podido aprender muchas cosas del coche. Me siento positivo de cara a Australia".
Quien también está de vuelta es Sutil. El alemán no quiere comparaciones con Di Resta, al que ya batió en 2011. "Yo estaba delante de él en el Campeonato. Fui noveno, él era 13. Ese es el punto de partida. ¿Qué más puedo decir? Por supuesto, mi objetivo es hacerlo mejor, conseguir una mejor posición. No sólo concentrarme en mi compañero de equipo", aseguró. Su espejo es otro: "Sólo he estado fuera de la competición durante un año. Kimi es el mejor ejemplo. Él era el más consistente el año pasado y estuvo dos años fuera".
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