En Ferrari respiran tranquilos esta temporada. Lo que ocurrió en los test de Jerez la pasada temporada fue un shock con aquel coche lento, que no daba los resultados que sugerían los ordenadores de Maranello, que llegó como séptimo en ritmo a 1.5 segundos de la cabeza al debut de Australia. Que no estaba ni para pasar a la Q3 en la calificación.
Este año, la situación es otra. "Es un escenario de otro planeta", resumió Felipe Massa al bajarse del F138 el primer día. Un mensaje muy distinto al de "jefe, el coche es un desastre", que le dijo al presidente Luca di Montezemolo por teléfono un año antes.
Stefano Domenicali, jefe de la Scuderia, incide en ese alivio deportivo de Maranello con el nuevo coche. "Hay un mundo de diferencia respecto al año pasado a estas alturas. Es una situación totalmente diferente, pero no podemos subestimar el buen trabajo que están haciendo los rivales. Por lo visto en los entrenamientos, no veo muchos cambios respecto a lo que había al final de la pasada temporada", señaló en declaraciones a Reuters.
Es decir, que Ferrari considera que está, como poco, por detrás de Red Bull y McLaren, que en la última cita de Brasil 2012, cuando se decidió el título, eran entre cuatro décimas y medio segundo más veloces en la calificación.
Domenicali considera que si en la primera cita de Australia, la desventaja es menor, unas dos décimas, el equipo iniciará con bien pie la temporada, ya que, en realidad, se habrá recortado algo. ¿Exceso de optimismo? Empezando peor, el año pasado casi ganan el Mundial. Y el factor corrección que aporta Fernando Alonso implica casi que la desventaja se quedaría en cero. Por eso lo firma desde ya.
"La situación hasta el momento parece la correcta, pero estaría muy sorprendido si nuestro monoplaza fuera el más veloz en la primera carrera -Australia el 17 de marzo-. Pero si nos mantenemos cerca, en un par de décimas, entonces la temporada es muy larga y todo es posible".
Así que Australia, en menos de un mes, no marca tendencia ni debe desesperar a nadie. El objetivo, para Domenicali, es sincero. "Necesitamos asegurarnos de que estamos cerca del mejor monoplaza -el año pasado ni Fernando ni Felipe entraron en la Q3 en Melbourne- y luego el equipo y los pilotos tienen que marcar la diferencia. Australia no es el final del campeonato, sólo es el principio. Necesitamos ser cuidadosos y mantener la calma", pidió.
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